texto
bal bla
jueves, 16 de enero de 2014
La vida Paleo(Parte 2 de 3)
Este artículo es una continuación de la primera parte.
Seguimos analizando el estilo de vida paleo con sencillas pautas que puedes incorporar en tu vida moderna para adaptarla a tus genes paleolíticos.
4. Corre muy rápido ocasionalmente
En un mundo en el que el peligro acechaba en cada esquina, la capacidad para correr era un buen indicador de si sobrevivirías lo suficiente como para tener descendencia y perpetuar tu ADN. Evitar una bestia salvaje para salvar tu vida o tal vez embestir con velocidad para cazar algo para la cena eran esfuerzos ocasionales que nuestros ancestros tenían que realizar para sobrevivir. Esto producía unos efectos hormonales y musculares que hacían que la próxima vez que fuera necesario, nuestro hombre paleolítico pudiera correr un poco más rápido. Recomiendo por lo tanto realizar una o dos sesiones de sprint a la semana, y obviamente no es necesario más que unos minutos (por ejemplo 3 sprints de 20 segundos).
5. Duerme mucho
Nuestros ancestros dormían muchas horas. Incluso después del descubrimiento del fuego, no se quedaban despiertos hasta tarde. Desde que se ponía el sol hasta que volvía a salir era más seguro estar agrupados y descansar. Largos días de caza y recolección y trabajar duro por cada alimento que conseguían demandaba un largo tiempo de descanso para reparar y recuperarse. Estudios de sociedades modernas de cazadores-recolectores indican que no era necesariamente 9 o 10 horas de sueño ininterrumpido, es probable que durmieran juntos en familia o tribus pequeñas, manteniéndose en vigilia ante depredadores, para cuidar a los niños o simplemente durmiendo en varias sesiones durante la noche. La hormona del crecimiento y la melatonina eran las hormonas afectadas. Por supuesto también de vez en cuando disfrutaban de una siesta ocasional, sin preocuparse de qué otras cosas deberían estar haciendo.
6. Juega
Igual que en los tiempos modernos, estar siempre trabajando sin tiempo de ocio no era algo que le gustara al hombre paleolítico. Los cazadores recolectores por norma general han tenido siempre menos horas de trabajo y más de ocio que la media actual de 40 horas a la semana. Una vez que la captura del día estaba asegurada o las raíces, frutos secos y bayas estaban recolectados, nuestros ancestros dedicaban horas a varias formas de interacción social que hoy en día llamaríamos “juegos”. Los hombres jóvenes se perseguían y luchaban, previendo su posición en la escala social de la tribu. Los hombres seguramente practicaban su técnica con la lanza o lanzando piedras y perseguían pequeños animales por diversión. Las mujeres jóvenes es probable que pasaran tiempo cuidándose unas a otras. El efecto conseguido era crear vínculos sociales y promover la segregación de endorfinas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario