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martes, 11 de febrero de 2014

Evidencia Científica,algo que meditar....

El marco de referencia Paleo, es un paradigma basado en la ciencia. No estamos proponiendo una ideología ni nada parecido. Aún cuando no existe una gran cantidad de investigaciones basadas exclusivamente en el modelo Paleo, existen bastantes investigaciones e información relacionada con el modelo de alimentación basado en comida verdadera, en comida densamente nutricional. Sugiero no creer ciegamente en este paradigma sino revisar la información disponible y llegar a nuestras propias conclusiones.
El dentista canadiense Weston A. Price investigó enfermedades dentales y su asociación con infecciones, inflamación y otras enfermedades; viajó por muchas partes del mundo descubriendo que en las tribus y poblaciones que vivían y comían según el estilo tradicional desde hace siglos, la salud dental era superior a la “occidentalizada”, había menos caries, menos infecciones, mas espacio en el cráneo para los dientes y menor necesidad de ortodoncias y extracciones. Esta observación le hizo interesarse en la nutrición. Estudiando aborígenes, nativos americanos, polinesios, pigmeos y nativos de suiza, descubrió una baja incidencia de enfermedades características de poblaciones con una alimentación más moderna u occidentalizada. Además de que observó que cuando esta gente occidentalizaba su dieta empezaban a presentar más de estas enfermedades prevenibles. Price era un genio y a pesar de críticas a su forma de investigar y a supuestas conclusiones tendenciosas, no podemos ignorar las observaciones realizadas por este pionero en 1939. Algunos críticos defienden la dieta moderna y simplemente dicen que muchas veces nos pasamos con los postres, o que comemos desmedidamente y que somos flojos, pero que la comida no es el problema sino nosotros. Además de que las poblaciones o tribus más ancestrales o tradicionales no viven libres de enfermedades y que muchas veces hay malnutrición en ellos, lo cual puede ser cierto, pero no le resta meritos a los descubrimientos de Price.
Es inteligente no basarnos sólo en información anecdótica o en algunas observaciones para afirmar que algo es cierto. Podemos comenzar mencionando el experimento realizado por la Dra. Kerin O´Dea de la Universidad de Melbourne en 1984, en el que investigó a 10 personas aborígenes de Australia que nacieron en áreas salvajes, y vivieron como cazadores-recolectores durante sus primeros años de vida, y que tuvieron que mudarse a un área rural (Mowanjum) con acceso a comida occidentalizada. Estas diez personas de edad madura tenían diabetes tipo 2 y los problemas comunes asociados a esta como el sobrepeso. Estas 10 personas volvieron a vivir en áreas salvajes durante 7 semanas, comiendo solamente lo que podían cazar y recolectar. Las mediciones de su peso, triglicéridos, glucemia en ayunas e insulina, fueron sorprendentes: perdieron en promedio 8 kilos de peso, sus triglicéridos tuvieron una reducción del 72% y sus medidas de glucosa, insulina se normalizaron. Prácticamente se revirtieron o normalizaron todos los marcadores que indican una diabetes tipo 2. Un hecho interesante es que el 64% de su dieta provenía de animales. En el 2007 el Dr. Lindberg y sus colegas contrastaron 2 dietas: la paleo dieta y la dieta tipo mediterránea (o dieta más saludable según el consenso) en 29 personas con diabetes tipo 2 durante 12 semanas. La dieta consenso o la dieta saludable de acuerdo a la visión dominante incluye granos enteros, lácteos bajos en grasa, pescados, frutas, verduras, aceites, etc. La diferencia más grande es que la paleo dieta enfatiza el consumo de carnes magras y de pescados y mariscos además de verduras, frutas, tubérculos, huevos y nueces; al tiempo que excluye granos, legumbres, lácteos y evita sal y azúcar. Su descubrimiento más importante fue que el grupo que consumió la dieta paleolítica mejoró en sus pruebas de tolerancia oral a la glucosa, más que el grupo que consumió la dieta mediterránea, a pesar de que ambos grupos tuvieron una reducción de circunferencia en la cintura. La conclusión es muy interesante: La mejora en la tolerancia oral a la glucosa en el grupo que siguió la paleo dieta no depende de cuanta comida se consumió o de que radios o proporciones de macronutrientes se siguieron. “Evitar comida occidentalizada es más importante que contar calorías, grasa, proteína o carbohidratos. Las dietas basadas en granos enteros y en lácteos bajos en grasa son la segunda mejor opción para prevenir y tratar la diabetes tipo 2” (Lindeberg 2007) Otra investigación del 2010 que dio seguimiento al experimento de Lindberg descubrió que la paleo dieta sacia más, caloría por caloría al contrastarla con la dieta mediterránea o dieta saludable occidental. Esto debido a los cambios en la hormona leptina, la cual regula el apetito y el peso corporal. En el 2008 el Dr. Osterdahl y sus colegas pusieron a 14 personas bajo la paleo dieta y después de tres semanas vieron como bajaron de peso, redujeron su circunferencia en cintura, disminuyeron su presión arterial, y mejoraron en otros indicadores de inflamación. En el 2009 el Dr. Frasetto y sus colegas hicieron que 9 personas siguieran la paleo dieta por sólo 10 días, con un consumo calórico idéntico al que llevaban antes del experimento. Para que los resultados obtenidos entonces, no se debieran a una reducción calórica sino al tipo de alimentos. Los resultados fueron los siguientes: en los 9 individuos hubo cambios positivos en su presión arterial, niveles de insulina, colesterol total, colesterol LDL y triglicéridos. En el 2009 el Dr. Lindeberg y sus colegas compararon los efectos de la paleo dieta con una dieta recomendada para pacientes con diabetes. La dieta normal era baja en grasa y restringía comida de origen animal (excepto lácteos) y la paleo dieta seguía los parámetros de una dieta de cazadores recolectores. El experimento se hizo con 13 sujetos que llevaron una dieta durante tres meses y después hicieron la otra dieta por otros tres meses. Los resultados mostraban que con la paleo dieta los sujetos obtuvieron cambios positivos mayores en pérdida de peso, circunferencia en la cintura, presión arterial, colesterol HDL, triglicéridos, glucosa sanguínea y en hemoglobina A1c en comparación con la dieta para diabetes.
Ahora que conocemos un poco sobre la evidencia científica para promover la paleo dieta, o la dieta que los humanos estamos diseñados genéticamente para seguir. Podemos estar seguros que no estamos haciendo nada peligroso para nuestro cuerpo, ni que nos estamos basando en las opiniones, ideologías o emociones de alguien al elegir nuestra dieta. Estamos simplemente siguiendo lo que la naturaleza nos indica. La paleo dieta o la dieta del cazador-recolector no puede ser una dieta de moda, o una dieta pasajera porque tiene más de 125,000 años siendo la dieta correcta. Y la gran mayoría de la dietas, de moda o las oficiales por parte de las políticas públicas o de las corporaciones no pueden hacer esta afirmación.

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